¿Alguien se imagina un día de playa sin un 'frisbee' alrededor? Este viernes se ha conocido la muerte de su inventor, el nonagenario Walter Frederick Morrison, el hombre que, jugando un día con su mujer en la playa, rellenando y tirándose un molde de tartas, encontró la inspiración para crear un disco de plástico que iba a revolucionar las jornadas lúdicas al aire libre. Era la década de los cincuenta y Morrison, según cuenta la BBC, empezó vendiendo su invento en las ferias locales. Lo que parecía un entretenimiento, veloz y volador, destinado a los niños se convirtió en el juguete preferido de jóvenes, adolescentes, y ¿por qué no decirlo?, de sus mascotas. En 1957 Morrison vendió los derechos del 'frisbbee' a la empresa Wham-O, que ahora le rinde tributo en su página web. Las ventas minoristas en ferias locales dieron paso a la presencia del juguete en grandes superficies en todo el mundo y el juguete comenzó a conocerse como 'frisbie' en honor a un tipo de tarta muy popular en EE UU. Para evitar problemas legales, se le cambió la grafía y 'frisbie' se convirtió en el 'frisbee' con el que todo el mundo ha jugado alguna vez. Walter Frederick Morrison murió en su casa de Utah, después de una larga batalla contra el cáncer. Le sobreviven sus tres hijos.
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