Con su potente telescopio, la misión espacial Planck ha conseguido captar la primer imagen de la bóveda celeste en su totalidad. La ESA (Agencia Espacial Europea), informó ayer miércoles día 7 de julio 2010 , que la fotografía tiene alta resolución y nitidez, lo que ha generado las ovaciones de la comunidad científica, para quienes este proyecto abre un nuevo y vasto panorama de investigación debido a que los datos que el satélite Planck aporta, permitirán estudiar con una profundidad nunca antes vista los orígenes del universo primitivo, justo después del Big Bang. En el centro de la imagen puede apreciarse nuestra galaxia: la Vía Láctea, la cual tiene forma de espiral y se calcula que alberga entre 200 mil millones y 400 mil millones de estrellas; aquí aparece como una delicada línea luminosa rodeada por una nube de polvo y gas. Dentro de esta maraña de gases es donde se lleva a cabo la dinámica del nacimiento y extinción de los astros, que ha sido posible registrar gracias a la avanzada tecnología de su telescopio y demás instrumentos, cuyas imágenes son “un tributo a los ingenieros que los diseñaron, construyeron y operan”, expresó David Southwood, Director de Ciencia y Exploración Robótica de la ESA. No obstante a lo impresionante que dicha labor resulte, en realidad el plato fuerte es estudiar los puntos rojizos que se ven en los extremos de la imagen y que son por mucho los que causan mayor intriga. Nos referimos a la llamada luz más antigua del universo, la CMBR (Cosmic microwave background radiation) o Radiación Cósmica de Fondo en Microondas, que son los vestigios de la Gran Explosión en el momento de la formación del espacio hace 13 mil 700 millones de años.
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